Búsqueda Psicoútil

martes, 29 de abril de 2014

El problema de las madres protectoras


Las últimas décadas se han caracterizado sobre todo por el cambio del papel de las mujeres en las sociedades modernas. Un proceso que no solo ha afectado a sus propias vidas, sino que ha marcado las relaciones personales y familiares, un ámbito este último en el que su presencia y protagonismo era, hasta hace poco, insustituible.

Pero los cambios reales no son tan fáciles de trasladar de forma inmediata a las estructuras mentales y emocionales en las que se ha sustentado la organización social desde hace siglos. Porque, que la mujer haya accedido de forma progresivamente mayoritaria en pocos años al mercado laboral, ha llevado implícita su menor presencia en los hogares. Y, no siempre resulta fácil para ellas mismas asumir este cambio en todas sus consecuencias.

El cuidado de los hijos ha sido, tradicionalmente, el principal trabajo de mujeres en todas las sociedades de todos los tiempos. Ahora, al incorporarse al mercado laboral en las mismas condiciones que los hombres, esa tarea ha cambiado en la forma de asumirse. No es que no se ocupen ni preocupen como antes, pero el tiempo real que comparten con sus hijos se ha visto reducido. En muchos casos, no sin causarles un serio conflicto interior, sobre todo reflejado en un sentimiento de culpabilidad.

Y, ¿cómo afrontan algunas mujeres ese problema? Pues, de la peor manera posible, según todos los expertos. Muchas madres se vuelven excesivamente protectoras y consentidoras con sus hijos en un intento erróneo de compensar la falta de tiempo que pasan con sus hijos. Una actitud que lo único que consigue es que se generalicen relaciones materno-filiales poco educativas y, a la larga, más conflictivas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario