Nos encontramos ante una de las patologías mentales más
comúnmente reconocibles. Estos pacientes sufren una alteración del estado de
ánimo que se manifiesta mediante episodios maníacos, depresivos o mixtos, o sea,
una mezcla de los dos anteriores. En los ataques depresivos, el individuo está
afectado de una tristeza patológica. Mientras, en los maníacos sufren de
hiperactividad y una desmedida elevación del estado anímico.
Es importante señalar que, en la mayor parte de los casos,
con un buen diagnóstico y una correcta prescripción farmacológica permiten
controlar los episodios y que el paciente desarrolle una vida normal.
El trastorno bipolar suele mostrar los primeros síntomas en
la etapa de la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta. Es muy
poco frecuente en la infancia o a partir de los 50 años de edad. Se calcula que
la incidencia de los casos más graves está en torno al 1,6 en el conjunto de la
población. Si se incluyen los más tenues subiría hasta el 3,5. No hay
diferencias destacables entre sexos.
Una de las circunstancias que más relevancia tiene se
refiere a la cronificación de la enfermedad en los individuos que la padecen.
Es normal que quienes sufran episodios de psicosis maniacodepresiva, como
también se denomina a esta enfermedad mental, en algún momento de su vida,
tengan riesgo de que se repita. De ahí la importancia de seguir con los
controles y revisiones en el especialista, así como de continuar con la
medicación en el caso de que sea indicado por el terapeuta.
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