Desde la perspectiva de los expertos en Psicología, todas
las emociones y comportamientos del ser humano son la manifestación de algo que
está sucediendo en el interior de esa persona. Esta explicación sirve para que
se pueda profundizar en esos orígenes lo que facilita mucho el tratamiento en
los casos que sea necesario.
Uno de los ejemplos más contundentes es el que se manifiesta
como
ansiedad. Es difícil encontrar a alguna persona que no haya sido presa de
esta reacción. Y, tal universalidad se explica entendiendo cuál es su función,
porque nuestra evolución natural ha optado por mantener una señal que resulta
tan incómoda y desagradable para quien la padece.
Básicamente, la ansiedad es una señal que indica una
frustración. La persona ha sufrido un desengaño en sus expectativas o deseos.
Es la indicación de que hay un desequilibrio entre nuestra realidad y nuestros
deseos. Se trata de ponerlo de manifiesto para que actuemos lo antes posible
para recuperar esa armonía. Una versión especial es el miedo, porque manifiesta
una anticipación ante la posibilidad de que se produzca algo que nos desagrade.
Motivos que generan ansiedad:
Existen básicamente dos tipos de motivos que generan
ansiedad: los conflictos o las carencias. En el primer caso, no encontramos
ante una realidad que se opone a nuestras expectativas o deseos. Mientras, el
déficit implica una ausencia. Algunos de los déficits más frecuentes tienen que
ver con actitudes o características de la propia persona. Por ejemplo, hay individuos
que tienen mermada su capacidad de desear o la de apaciguar su angustia.
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