Los deportistas deben ser capaces
de gestionar su autocontrol y su capacidad de concentración en todo momento,
ambos íntimamente ligados. El autocontrol
es clave para evitar distracciones, algo imprescindible para trabajar en el día
a día, pero aún más para afrontar los decisivos minutos de competición.
Cuando analizamos el equipo de
personas que acompaña a un deportista de élite, podemos comprobar
inmediatamente que, junto a los preparadores físicos, existe un grupo de apoyo psicológico.
En ninguna
otra situación se pone más de manifiesto la afirmación de que el ser humano es cuerpo y mente, de forma
que solo pueden obtenerse los mejores resultados si ambas facetas trabajan al
máximo de sus potencialidades.
Existe, por tanto, una rama de la
Psicología especialmente ocupada en aportar los conocimientos y técnicas
necesarios para que el rendimiento de los deportistas de alta competición sea
el mejor. Esta Psicología del Deporte se basa en la potenciación de aquellas actitudes que entran en juego durante el
entrenamiento y en el momento de la competición.
Visualización del triunfo |
Además, hay otras variantes del
comportamiento del deportista en las que también se precisa un entrenamiento psicológico especial. Dos
pilares básicos son el trabajo en equipo
y la asimilación del éxito y del fracaso.
Una de las técnicas con las que
se trabaja en Psicología del deporte es la de la visualización, que busca
que se imagine con todo detalle la victoria y los medios para conseguirla.
También son esenciales las técnicas de relajación que el deportista debe
manejar con total eficacia.
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