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domingo, 1 de diciembre de 2013

El tratamiento de la ansiedad

La ansiedad es un proceso de reacción que articula el cerebro para que el individuo se ponga en alerta frente a determinados peligros. Por lo tanto, lejos de ser una respuesta negativa es un mecanismo esencial para la supervivencia. Pero, cuando alcanza tintes de obsesión o está descontrolada, la ansiedad puede llegar a provocar serios problemas de relación y desarrollo a una persona. 

Tipos de Ansiedad

Existen diferentes variantes de la ansiedad como patología. Por ejemplo, están las fobias, casos en los que una persona presenta un miedo irracional frente a un objeto o actividad concreto. En este grupo se pueden enmarcar todas las fobias: agorafobia, claustrofobia, pánico a determinados animales (arañas, serpientes, ratones, perros…), miedo a las alturas, a volar… En fin, hay innumerables variantes.

Hay otro tipo de ansiedad que se denomina traumática porque surge en aquellas personas que han sufrido un shock consecuencia de un acontecimiento terrible (terremoto, un atentado, un accidente, un incendio). Estos individuos no pueden exponerse a situaciones que les recuerden lo que estaban haciendo en el momento en que tuvieron el problema. 
 
Finalmente están quienes sufren ataques de pánico incontrolados, que surgen en cualquier momento y sin que parezca que haya pasado nada que provoque esta reacción.

Cómo se trata la ansiedad

En todos los casos el tratamiento pasa por un reconocimiento previo del paciente, de forma que se determine su grado y tipo de ansiedad. El proceso consiste en una toma de conciencia y una progresiva exposición al desencadenante de su ansiedad, siempre bajo la supervisión del especialista. Es imprescindible una tercera fase de mantenimiento en la que se comprueba que el tratamiento ha tenido éxito.

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