Si hay una preocupación común en todos los padres con hijos
adolescentes, o cercanos a alcanzar esa edad, es el de las drogas. Por eso,
cualquier estudio científico que pueda poner sobre aviso acerca de posibles
condicionantes que alejen o acerquen al problema es, evidentemente, bienvenido.
Este es el caso de la investigación realizada en la Universidad de Vermont, a cargo de los
especialistas Hugh
Garavan y Whelan Robert. La muestra se realizó sobre un total de 1.896
adolescentes de 14 años, un amplio espectro que fortalece la veracidad de los
resultados.
EL objeto del estudio
era comprobar si existe algún tipo de predisposición física que determine una
mayor o menor propensión de los jóvenes a caer en las drogas.
La impulsividad
Según los datos obtenidos, Garavan afirma que la clave está en la impulsividad. Hay
determinados niños que son más proclives a probar nuevas experiencia, como
sería el caso del tabaco, el alcohol o las drogas que otros. La explicación
estaría en que poseen una red neuronal que le incita a una actitud más
impulsiva, que les hace lanzar a esas nuevas propuestas sin reflexionar.
Se trata de unas redes neuronales similares a las
encontradas en chavales con Trastorno de Hiperactividad (TDAH). Pero, los dos
investigadores insisten en destacar que no son exactamente las mismas, es
decir, que no se puede relacionar
hiperactividad con propensión al consumo de drogas. La diferencia es la
zona del cerebro en la que están ubicadas estas redes que potencian un control
inhibitorio más débil que en el resto de personas.
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